viernes, 18 de julio de 2008

¿Qué significó el plan genocida?

El 24 de marzo de 1976 se impuso, alentado por el imperialismo, el más sangriento golpe militar como otros tantos en América Latina. Ya antes del golpe, en la Argentina, la Triple A asesino a activistas obreros, intelectuales, diputados, abogados, etc. Y sería el anticipo de lo que vendría.

La detención ilegal, la tortura, la desaparición de personas y la apropiación de hijos nacidos en cautiverio, fueron las formas de llevar adelante el Genocidio, que tuvo como objetivo la instauración de un nuevo orden social, cultural y sobre todo, económico que vivimos hoy.

La impunidad de los genocidas en la dictadura continuó en los gobiernos constitucionales. Las leyes de obediencia debida, punto final e indulto garantizaron durante años esa impunidad.

La impunidad que continúa hoy cuando son juzgados solo unos pocos represores y muchos de ellos se encuentran con prisión domiciliaria o en condiciones de detención VIP.

La desaparición de Julio López, testigo clave en el juicio de Etchecolatz, demuestra que el aparato represivo continua impune, y que los genocidas no están dispuestos a que se rompa el pacto de silencio llegando incluso al asesinato, como el envenenamiento del prefecto Febres para impedir que declare.

Mucho menos se ha avanzado en juzgar a los civiles cómplices (empresarios, sindicalistas, integrantes de la iglesia, etc.) que apoyaron el golpe.

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